Nota de tapa
Pato Cucchietti: música, fe y un sueño que sigue creciendo

La niña que soñaba con un micrófono en mano hoy canta con el corazón en diferentes escenarios hasta llegar al de la Voz Argentina. Conocemos más sobre su experiencia

Patricia ‘Pato’ Cucchietti (43) desde pequeña soñaba a lo grande. A pesar que sus padres no podían costear sus clases de canto o el conservatorio, su impulso creativo no se detuvo: transformaba cualquier objeto –un palo de escoba, desodorante o destornillador– en un micrófono improvisado, imaginándose sobre grandes escenarios deleitando a los presentes con su música. “Así era todos los días”, recuerda sobre sus inicios.

Con el transcurso del tiempo, durante 15 años, se dedicó a cantar en la Iglesia Talita Kum, un Ministerio de Evangelización ubicado en Reducción. “Aunque pensaba que tenía que cantar solo para Dios, cuando iba a algún show me volvía con mucha angustia porque quería estar ahí, en el escenario. Hasta que entendí algo clave: Dios solo me pedía que sea feliz. Entonces volví a los escenarios”, cuenta Pato.

Ese periodo, señala la cantante, no fue de pérdida sino de ganancia. En la Iglesia conoció a su esposo con quien hoy tiene tres hijos. “Fue un tiempo donde Dios fue sanando mi corazón y preparándome para todo lo que me esperaba. Siempre traté de aprovechar cada oportunidad. Creo que le voy a ganar a Dios por cansancio”, dice entre risas.

Actualmente, Pato, encontró su identidad artística en un género que la representa: el merengueto –así le dicen a la mezcla entre el merengue y el cuarteto–.

¿Cómo fue tu casting para ingresar a la Voz Argentina? ¿qué recuerdos o anécdotas te dejó esa experiencia?

– Mi casting lo hice en Córdoba. Canté ‘Estoy enamorado’ de Donato y Estéfano, con acompañamiento de una guitarra. Si se da que los jurados tienen dudas te piden otro tema, a elección tuya. Canté entonces ‘Mi Enfermedad’ de Fabiana Cantilo. Entrábamos de a 50 personas e íbamos cantando de a uno ante cuatro jurados. Si llegan a seleccionar a alguien, se pasa a una sala contigua para cantar con un micrófono y hacer la prueba de cámara. Cuando yo me presenté pasamos a esa instancia 4 personas. Después de eso quedás a la espera de que te llamen. En mi caso, a los 15 días recibí el llamado de la producción.

En cuanto a anécdotas y recuerdos, los mejores fueron con mis compañeros. Conviví con ellos mucho tiempo porque teníamos que viajar a Buenos Aires –varias veces– y parábamos en el mismo hotel… Verdaderamente compartí con tanta gente linda. Nos reíamos muchísimo. Lo disfrutamos. Después haber conocido la monstruosidad que es Telefe, un canal tan grande, fue increíble. También conocer a los chicos, a toda la producción; nos trataron con mucho amor y nos pagaron absolutamente todo.

Cuando tuve la audición a ciegas, recuerdo que cuando estaba por entrar me empezó a latir muy fuerte el corazón y, por esto, le expresé a Dios: ‘viejito lindo –así le digo yo–  hacé que este corazón no bombee tanto, pero, que no deje de hacerlo porque si no, imagínate, me quedaba seca ahí (se ríe). En ese momento estaba agarrada de las manijas de la puerta. Tenés que empujar muy fuerte para abrirla porque es re pesada. Mientras esperaba que me avisaran que podía entrar, apareció una rubia hermosa con un micrófono. Me acerqué y le dije: ‘¿cómo te fue amiga?’ Ella me miró desconcertada. Y yo continué: ‘¿se dieron vuelta o no?’ A lo que ella respondió: ‘Todavía no canto’. Entonces una de las productoras me dijo que era la periodista Sofi Martínez. Me agarró tanta risa. La productora me dijo: ‘calmate, deja de reírte que ya entras’. Toda esa situación me ayudó a que estuviera más tranquila. 

– ¿Qué sentiste cuando se dieron vuelta tres de los jurados? ¿Qué te llevó a tomar la decisión de elegir el team de Luck Ra? ¿Cómo fue en su rol de coach?

– En el momento que se dio vuelta Luck Ra solo sentí el grito de la gente porque justo estaba dando una vueltita. Cuando vuelvo a estar de frente a ellos, lo vi. Fue muy hermoso porque es señal de que ya estás adentro del programa. Ahí te re soltás. Con el resto de jurados me pasó que, debido a la adrenalina, la música, los botones que casi no se escuchan y, que, además ellos lo tocaron casi al final, caí en la cuenta después. Muchas partes están cortadas, pero como pensé que solo se había dado vuelta Luck Ra, dije, en chiste, que iba a hablar solo con él. La Sole me preguntó: ‘¿por qué? Si nosotros también nos dimos vuelta’. Ahí caí en la cuenta de las luces prendidas en las sillas de ella y de los Miranda. Les pedí mil disculpas.

En realidad, tenía pensado que si se daba vuelta Lali la iba a elegir a ella porque, más allá de la experiencia y el aprendizaje, quería divertirme y sé que ella es como yo, graciosa. El programa está editado. Estuve un rato largo con ellos, la pasamos re lindo entre risas y baile. Cuando Lali me dijo que tenía que elegir estaba por irme con la Sole pero se me vino a la cabeza el rostro de Luck Ra. Cambié de opinión y terminé en su team.

Es re piola, re bueno, gracioso. Me gustó compartir con él.

– Desde tu última participación en el programa, ¿cómo venís manejando los comentarios que se hacen en redes sociales?

– La verdad que fue muy triste todo lo que se dice. Lloré mucho por los comentarios negativos porque una no está acostumbrada. De repente leer tantas cosas de las cuales una no se puede defender y no puede contar, fue horrible la verdad. Me escribían mensajes violentos, despectivos, humillantes. La verdad lloré mucho. Igualmente había comentarios lindos que me llegaban por WhatsApp, por privado en las redes. Al final decidí quedarme con eso. Estuve unos días mal, lo dejé sentir, y pasó. Lo malo sería estancarse en eso, pero, hay que seguir adelante.  

– Mirando tu recorrido hasta ahora, ¿cuál fue el mayor desafío que enfrentaste y cómo lo superaste?

– La vida misma es un desafío, el día a día. Hablando musicalmente siempre fui una persona que se tiró a la pileta. Hace 30 años vengo detrás de un sueño que todavía no se ha cumplido: tener una banda e ir de lugar en lugar llevando mi música. He golpeado muchísimas puertas, algunas se han abierto otras tantas no, pero lo importante es levantarse y seguir adelante. Siempre digo que todas las lágrimas que derramamos cuando se cierra una puerta, Dios las guarda en una cajita, las convierte en bendiciones y cuando llega el momento nos las regala.

– ¿Tenés algún consejo o mensaje para otros cantantes y artistas emergentes que sueñan con pisar el escenario de La Voz?

Creo que les diría que no dejen de soñar, que se preparen, que, para el casting de la voz no elijan el tema en la fila, sino que lo practiquen mucho. Yo hice un curso sobre cómo hacer un casting. Sería una sugerencia que les puedo hacer. Que no solo canten en inglés, que elijan algún tema en español porque se lo van a pedir. Que ensayen, ensayen, ensayen y, sobre todo, canten con el corazón.

El hecho de participar te abre una puerta muy grande porque lo ve todo el país.  

– ¿Cómo sigue ahora tu carrera musical? ¿Tenés algún proyecto para el futuro cercano?

– En cuanto a mi carrera musical, sigo cantando, porque cuando Dios regala carismas no hay que enterrarlos sino aprovecharlos. Me falta mucho por aprender. Siempre digo que soy cantora, no cantante. Me encantaría, como comentaba anteriormente, armar una bandita, ir tomando matecitos mientras viajamos para llevar esto tan bonito que es la música, sobre todo el cuarteto y la cumbia que generan tanta alegría.

Antes de cada show, le pido a Dios que me dé la gracia de poder transmitirle alegría y amor a la gente, porque es lo que se necesita en este mundo donde pasan tantas cosas malas. Siempre le pido que ellos puedan olvidarse de sus problemas por un instante y disfrutar del show. No sirve de nada que solamente yo disfrute. Para mí no es un público sino mi familia.

En resumen, como proyecto podría decir: seguir yendo detrás de este sueño que me ha costado tanto, pero que, como dice la canción, aunque tarde en llegar, al final hay recompensa.

IG: @patito_cucchietti