Columna de nutrición - Lautaro Irastorza Rossia
Somos lo que comemos
Si bien la cotidianidad está conformada por muchas aristas, hay tres patas de la mesa que son infaltables y esenciales para mantener un estilo de vida equilibrado: la alimentación, el ejercicio y el descanso. En esta columna abordaremos la importancia de la alimentación en nuestro día a día.
El ejercicio, puede ser programado, es decir, cuando programamos ir al gimnasio o hacer alguna actividad deportiva como fútbol, tenis, etc., determinadas veces por semana; o no programado, cuando nos movemos ida y vuelta al trabajo, en bicicleta, caminando, o para hacer nuestras actividades cotidianas. Sobre el descanso hablaremos en futuras entregas.
Ahora bien, ¿se distribuye equitativamente el porcentaje entre estos tres pilares? Lo ideal sería lograr un equilibrio, pero, en muchos casos, esto no sucede. Veo gente que es físicamente activa, hace ejercicio con regularidad, pero su alimentación no es acorde y tiene diabetes, sobrepeso o niveles pobres de masa muscular, un factor sumamente importante para tener una mejor calidad de vida en el futuro.
¿Por qué la alimentación cumple un rol tan importante? Porque es el medio que ayuda a nuestro cuerpo a recuperarse después de hacer una actividad física, porque es la encargada de que nuestra genética despierte o no patologías de nuestros antepasados, porque si nuestra alimentación se basa, en gran parte de la semana, en ultra procesados -aquellos que tienen octógonos en negro y un listado de más de 10 o 15 ingredientes con aditivos y conservantes-, se desencadena una desregulación en nuestra microbiota intestinal generando ciertas patologías como el SIBO (sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado), del cual se habla mucho en la actualidad.
Entonces, ¿por qué es tan determinante la alimentación? Porque como se ha dicho históricamente “somos lo que comemos”. La alimentación influye directamente en nuestra vitalidad y energía durante el día. Si respetamos nuestros ritmos de apetito, si comemos más durante las horas de día, y reducimos la ingesta por la noche, será mejor la respuesta que dará nuestro cuerpo. Si seguimos el famoso dicho de: “desayunar como rey, almorzar como príncipe y cenar como mendigo”, nuestro cuerpo va a estar respetando un poco más su ritmo biológico y se mantendrá un mayor equilibrio en nuestra salud. Además, la forma de alimentarnos también tiene un impacto directo en nuestro estado de ánimo.
En resumen, si tenemos una alimentación adecuada, estamos descansados y realizamos una cuota de ejercicio diaria, nuestro desempeño en el día a día será mejor en todos los aspectos: lo laboral, familiar y personal. En las próximas ediciones vamos a estar desarrollando las otras patas de la mesa. Comenzamos con la alimentación porque, sin duda, es la base de todo al determinar cómo dormimos, cómo entrenamos y cómo nos sentimos.