Columna de Lautaro Irastorza
Ayuno Intermitente

En esta oportunidad vamos a hablar del ayuno intermitente que, en los últimos años, ha ganado popularidad como un método o estrategia para mejorar la salud y controlar el peso. La idea de esta columna es ver qué dice la ciencia al respecto y en qué medida es efectiva y aplicable para la población en general.

El ayuno intermitente es un patrón de alimentación. ¿Qué implica esto? Alternar periodos de ayuno con periodos de ingesta de alimentos. El objetivo principal no es la restricción calórica, sino que, quienes lo practican, aseguran que el organismo, pasando por ayuno, genera un cambio en su metabolismo, promoviendo ciertos beneficios.

Tipos de ayuno

Uno de los más clásicos es el de 12:12 que consiste en 12 horas de ayuno y 12 horas en la cuales se puede consumir alimentos, se logra por ejemplo adelantando la cena a la tarde y desayunando por la mañana.

Otro tipo, que es muy popular, es el de 16:8; en este enfoque, las personas pasan 16 horas en ayuno, seguidas de un período de alimentación de 8 horas -puede ser cenar temprano y omitir el desayuno, comenzando a comer al mediodía-.

El ayuno 5:2 que implica reducir drásticamente, durante dos días a la semana, la ingesta de alimentos y comer de manera habitual en los otros cincos.

También se encuentra el 20:4, que consta de un período de ayuno de 20 horas y una ventana de alimentación de 4 horas -una sola comida al día o dos comidas pequeñas en ese tiempo- y el ayuno de un día (de 24 horas).

Vale aclarar que estos protocolos, siempre deben ser llevados adelante con la supervisión de un profesional.

¿Por qué cobró tanta popularidad el ayuno? La razón fundamental es porque quienes lo practican, bajan de peso debido a que genera un déficit calórico. ¿Qué significa esto? Significa que la persona que lo implementa consume menos calorías de las que gasta. Condición sine qua non, baja de peso. Sin embargo, si una persona no realiza estos tipos de ayuno, pero llega a cierto déficit calórico, puede bajar la misma cantidad de peso sin restringir horarios de ingesta.

Lo que ocurre, en muchos casos, es que la persona que hace ayuno, pero no lo acompaña adecuadamente de ejercicio y asesoramiento profesional, pierde mucha masa muscular. Además, puede suceder que el cuerpo se desacostumbre tanto a comer que, cuando lo hace, se inflama.

Beneficios

Entre los beneficios encontramos que ayuda a controlar el peso y a reducir la inflamación (por eso resulta útil para aquellas personas que padecen SIBO o colon irritable). Colabora también para respetar un poco más el ritmo biológico del cuerpo, en el sentido que, durante las horas de la noche, como hemos hablado en otra columna, estaría bueno no comer.

Limitaciones

En muchas poblaciones pueden despertar trastornos de la conducta alimentaria o una mala relación con la comida. No es aplicable en embarazo, ni en mujeres en periodo de lactancia. Algunas personas pueden experimentar fatiga mental o disminución de rendimiento físico, por eso el ayuno muchas veces no es compatible con deporte.

Entonces, ¿cuál sería la conclusión de todo esto? El ayuno es una estrategia más para el descenso de peso, pero no es la única. La clave para esto es el déficit calórico bien administrado. Si deseas realizar un ayuno porque tu estilo de vida así lo demanda o porque te interesa, asesórate siempre con un profesional y no lo hagas de golpe, porque hay mucho efecto rebote y contraindicaciones. El ayuno es una estrategia más, ni mejor ni peor, es una más.