Para despejar cualquier tipo de intriga o expectativa, aclaremos de entrada que este film es una típica comedia de acción familiar. Y, de paso, dejar en claro que su mayor atractivo reside en su pareja protagónica: Cameron Díaz y Jamie Foxx.

Sus personajes, en esta trama, devienen de la anterior producción, componiendo a una singular pareja de espías de la CIA que, por entonces, deciden dejar su riesgosa profesión y formar una familia.

Diez años después y por arbitrarias circunstancias, se verán nuevamente embarcados en el peligroso mundo del espionaje, con todo lo que ello implica. No esperemos más que un relato que contiene, además de acción, también humor, ironía (particularmente en las escenas con Glenn Close) y por momentos, un leve toque sentimental, además de la buena onda que consiguen trasmitir Díaz y Foxx. Esto último, a pesar de la medianidad conformista de la dupla guionista-director, dispuestos a no sobrepasar los convencionalismos del género ni sus lugares comunes habituales y reiterados en decenas de similares realizaciones.

En resumen, ideal para ver en familia y relajarse con esta comedia de aventuras, liviana, entretenida simpática y olvidable.

Del mismo director: “Quiero matar a mi jefe” (2011), “Ladrona de identidades” (2013), Guardianes de la Bahía” (2017), tres de los títulos más populares de su filmografía.

Elpidio Blas