Maizar 2024: Liberemos el talento colectivo
Ignacio Garciarena: “El lema de este año es un llamado a liberar, a soltar prejuicios, a animarnos a ir por nuevos desafíos”

Con paneles en simultáneo, expertos, productores, técnicos del sector de diferentes puntos del país y referentes de instituciones públicas y privadas se congregaron en el Congreso Maizar 2024 para analizar los nuevos desafíos de las cadenas del maíz y el sorgo

El 22 de mayo, en el salón Goldencenter de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la Asociación de Maíz y Sorgo (MAIZAR) inauguró su congreso anual, convocando a expertos, productores, técnicos y referentes de instituciones públicas y privadas tanto nacionales como internacionales para analizar los desafíos de las cadenas del maíz y el sorgo. Este año, bajo el lema «Liberemos nuestro talento colectivo», se abordó el problema del siroplasma, tomando como referencia las soluciones implementadas en otros países, como Brasil.

En los paneles se discutieron temas como el impacto de la cadena en el PIB nacional, las perspectivas climáticas, las estrategias de inserción internacional, los desafíos de los exportadores, las oportunidades de una producción con baja huella de carbono, el agro 4.0, el impacto de la inteligencia artificial, la percepción juvenil del agro como empleador, un hackathon de producción sustentable, el papel de la financiación verde, un fondo para invertir en startups, entre otros. También se destacaron novedades tecnológicas, nutrición eficiente de cultivos, integración de sistemas productivos biológicos y químicos, y el manejo agronómico. Los temas específicos del sorgo se trataron en paneles especiales.

La apertura estuvo a cargo de Federico Zerboni, presidente de MAIZAR; Ignacio Garciarena, presidente del congreso; y Fernando Vilella, secretario de Bioeconomía.

Las primeras palabras fueron de Garciarena, quien explicó el motivo del lema de este año, Liberemos el talento colectivo: “Es un llamado a liberar, a soltar prejuicios, a animarnos a ir por nuevos desafíos y apela a la construcción común de valor, a la cocreación”.

Por su parte, Zerboni destacó la importancia de las cadenas agropecuarias para la economía argentina y abogó por un marco estable que fomente la confianza y la inversión, además de una mayor apertura económica.

“Las cadenas agropecuarias son un pilar fundamental de las cadenas argentinas y generan el 64% de las divisas que ingresan al país. Junto a otros sectores tenemos el potencial de impulsar un crecimiento enorme, pero eso se ve obstaculizado por la falta de un marco estable que fomente la confianza y la inversión. Necesitamos reglas claras y duraderas, apertura económica para integrarnos al mundo y aumentar las exportaciones”, afirmó Zerboni.

Hacia el final, el presidente de Maizar dijo: “Para 2030 aspiramos a producir más de 80 millones de toneladas, aumentar las exportaciones y generar divisas, transformando más granos en proteína, bioetanol y otros productivos con valor agregado”.

Vilella respondió subrayando la competitividad de la bioeconomía argentina y describió las diversas regulaciones que han afectado al sector. “La bioeconomía sin dudas conforma el complejo más competitivo de la argentina que busca devolverles la rentabilidad a los productores. En el mejor escenario de precios internacionales, al campo se le sacó la renta con gran creatividad y tres formatos: múltiples regulaciones de mercado interno y externo como fideicomisos, volúmenes de equilibrio, cuotas y restricciones de distinta naturaleza; una brecha cambiaria creciente, con acceso arbitrario a divisas para importación que dependían del humor de funcionarios o de la capacidad de lobby; y los derechos de importación. De las tres pudimos avanzar rápidamente en las dos primeras. Prometemos hacerlo con la tercera cuando las condiciones macro lo permitan”, dijo.

Tanto Zerboni como Vilella coincidieron en el trabajo coordinado que se realizó entre entidades privadas y públicas con el fin de recopilar información y barajar estrategias que permitan contener la situación, además de pensar en posibles soluciones de cara a la próxima campaña. Asimismo, en sus discursos, resaltaron el avance en el registro de productos para tratar el siroplasma y el desarrollo de materiales genéticos tolerantes, asegurando que, con un esfuerzo conjunto, es posible superar los desafíos sin reducir el área cultivada o la productividad.