Por María Gisela Constantino. Lic. En Psicología - M.P.7899

Productividad vs. Descanso: ¿Necesitamos descansar de nosotros mismos?

En una sociedad marcada por el ritmo de la vida y de la naturaleza, donde los problemas de salud mental y la sobrecarga de trabajo se acrecientan constantemente, la necesidad y la tentación de pararlo todo es cada vez mayor.

Pablo Neruda, en su poema Walking Around, –que forma parte del libro Residencia en la Tierra–, relata: “Sucede que me canso de ser hombre”. Aquí, el escritor, exploraba el cansancio y la desidia que genera sentirse atrapado en la rutina impuesta de una sociedad que parece indiferente ante el vacío de nuestra propia existencia. Sin estar lejano a la realidad actual donde nos encontramos inmersos en una trama social y subjetiva del “tener que hacer”, de no parar, producir, trabajar, realizar actividades de esparcimiento, cumplir con tareas hogareñas, reunirnos con familiares y amigos… Así podría continuar con una infinidad de actividades y tareas que forman parte de nuestra cotidianeidad.

De esta manera, todos nos hemos sentido o nos podemos ver afectados en algún momento de nuestras vidas por estas exigencias constantes. Parece que aburrirse no deja de ser una imposibilidad en nuestra realidad nacional.

Entonces podemos preguntarnos, ¿qué nos lleva a esta situación social y subjetiva? Los factores son muchos, pero, podemos pensar en dos puntuales que no escapan a nuestro análisis. En Argentina, las cifras de pluriempleo aumentaron significativamente desde hace varias décadas hasta junio de 2025; según un informe de la UNSAM el 12% de los trabajadores tiene dos o más empleos, lo que representa el nivel más alto en una década. Este fenómeno refleja, por un lado, la creciente necesidad de tener más de un trabajo para cubrir los gastos, cada vez mayores, debido a la inflación y precarización laboral. Y, por otro lado, evidencia que estamos ante una revolución de la productividad social: tenemos que realizar todo tipo de actividades, laborales, sociales, deportivas y recretivas para vernos como personas productivas; es lo que está de moda, lo que suma ante la mirada de los demás, lo que se espera de una persona sana y vital.

¡Puf! Cuánto se espera de las personas productivas. Me pegunto –y les pregunto– ¿esta sociedad de la productividad es saludable? ¿O será que, en realidad, necesitamos descansar de nosotros mismos para reencontrarnos con lo verdaderamente importante?

La sociedad argentina actual se estructura a través de comportamientos organizados que nos permiten interactuar diariamente con cierto automatismo. Muchas de nuestras rutinas diarias se producen de manera automática, “sin pensar”.      En nuestro día a día realizamos distintas actividades y asumimos roles que permiten mantener el orden social, como una especie de rompecabezas en el que necesitamos encajar cada pieza adecuadamente. Por eso, si nos preguntamos acerca de la necesidad de tomar una pausa o respiro de nuestras rutinas para “oxigenarnos de nosotros mismos”, la respuesta debería ser afirmativa, especialmente en los momentos que nos sentimos agobiados y nuestro bienestar puede verse perjudicado por el exceso. Es bien sabido que los extremos nunca son buenos. 

El ser humano tiene que agotarse porque es parte de su propia naturaleza. También la inquietud, el aburrimiento, la búsqueda de la mejora diaria, la ilusión del encuentro con lo nuevo y la expansión que nos permite evolucionar. Nuestra naturaleza debe ser flexible, siempre y cuando se ajuste al ritmo real y vital que impone nuestro equilibro integrado por el cuerpo y la mente (como seres bio-psico-sociales).

La vida es vida cuando se vive. A veces vivir implica agotamiento, pero esto no es necesariamente un síntoma insano; más bien todo lo contrario: no hay nada más saludable que cansarse de vez en cuando, permitirse hacer una pausa, oxigenarse de las actividades agobiantes y estresantes, descansar, recargar la energía psíquica y física que nos permite continuar.

María Gisela Constantino

@giselaconstantino

Lic. En Psicología – M.P.7899

Docente e Investigadora Universidad Siglo 21

Diplomada en Promoción y Protección de NNyA en Entornos Digitales.