Marcela Cavallone comenzó con ‘Cultivate’ en el año 2013 -en ese entonces sin un nombre definido-, impulsada por la intención de acercar a los habitantes de Jovita capacitaciones y eventos de interés cultural para que el pueblo tuviera más opciones y diversidad de propuestas.

“Mi motor inicial fue ampliar la oferta cultural. Después de unos años, cuando el proyecto empezó a tener más forma, decidí ponerle el nombre de ‘Cultivate’; invitando a las personas a cultivarse, creando un ambiente de aprendizaje y crecimiento. Cultivate, palabra grave, como un imperativo argentino”, manifiesta Cavallone. 

Con el transcurso del tiempo, el proyecto fue evolucionando y en la actualidad es un espacio sólido, de inclusión, relajado y con mucha apertura. “Aunque con el tiempo se fue transformando, debido a propuestas que tuvieron que migrar a ciudades más grandes o con la pandemia, que produjo que algunos eventos se trasladaran a la virtualidad, no ha perdido su esencia: ser un espacio amoroso para compartir”, dice. Y añade: “Por esto invito a todos a que se den la oportunidad de conocerlo. Acá hay espacio para todos, artistas, emprendedores, profesionales, niños, adolescentes, adultos mayores… Todos podemos confluir en un espacio y tiempo, unidos por un tema que nos interese”.

Hitos destacados para Cultivate

Un momento clave a nivel fotográfico, expresa la entrevistada, fue la llegada de Eloy Mora, por primera vez, a Córdoba -y particularmente a Río Cuarto- que abrió las puertas para que otros fotógrafos, como Ronny García, también trajeran su arte al imperio. Otro hito importante fue que Marcos López cerrara su carrera junto a Cultivate.

En el ámbito de la música, la llegada a Jovita de bateristas de renombre como Jorge ‘Tanque’ Iglesias de La Renga, Gustavo Rowek y Jorge Araujo, acompañados por Sergio Masciotra, fueron momentos impactantes para Marcela y para los amantes del rock y la música en general.

Otro gran hito, más reciente, es Cultivate Viajero que arrancó en 2023 con la idea de organizar viajes artísticos y culturales que involucraran a su vez caminatas, yoga y meditación. Hasta la actualidad han recorrido Pueblo Escondido, el Cerro Uritorco, La Cumbrecita, Santa Rosa de Calamuchita y Tulumba. El próximo destino es un viaje fotográfico a Capilla del Monte.

“Hace unos años soñé que el proyecto trascienda el aula. Vino la pandemia y nos quitó la posibilidad de tener clases presenciales. El aislamiento me enseñó que había un mundo virtual que me permitía seguir aprendiendo y enseñando. Hoy en día, con Cultivate Viajero, las aulas pueden estar en una montaña, río, en un pueblo abandonado, en una Iglesia, en un museo, un bosque, un mar, un camino…”, relata.

Cultivate sigue creciendo

Para concluir, Marcela, dice que, como gestora cultural independiente, proveniente de un pueblo chico, el camino ha estado repleto de desafíos. “Es un viaje de soñar, hacer y volver a soñar. Creo que cuando comparto estos sueños a más personas locas, ellos se multiplican y Cultivate sigue creciendo. ¿Saben por qué me doy cuenta de esto? Porque cuando algo loco se me ocurre tengo a mi alrededor gente preguntándome: ¿Cuándo lo vamos a hacer?”, cierra.