Entrevista
“El arte no pasa por juntar diplomas sino por ese momento cuando estás solo, creando, con tu instrumento de trabajo”

Gonzalo Antuña, tuvo su primer acercamiento a la guitarra a los 12 años, atraído por su profunda sonoridad. Continuó con su formación en el Conservatorio de Música Julián Aguirre, se especializó en guitarra latinoamericana y recibió premios internacionales, como el reconocimiento en el Piazzolla Music Competition. Hoy nos comparte un poco más sobre él

Gonzalo Antuña (44 años), tenía doce años cuando descubrió el sonido que lo acompañaría durante todo este tiempo. Su padre, quien no era músico, tenía una guitarra que atesoraba en el ropero y, temporalmente, la sacaba para afinarla, dejando sonar algunas notas. Esos momentos, breves, encendieron en Gonzalo una gran fascinación por este instrumento. “Esa guitarra de mi padre fue la primera que toqué”, recuerda. “Cuando comenzó a prestárnosla a mi hermano mayor y a mí, peleábamos por quién la usaba más tiempo, aunque también nos ayudábamos mucho durante el aprendizaje”, expresa el guitarrista.

Con los años, esa pasión se transformó en vocación. Gonzalo se formó en el Conservatorio de Música Julián Aguirre, donde egresó con la máxima calificación y una mención especial. Luego profundizó su camino artístico en el Conservatorio de Música Luis Gianneo de Mar del Plata, especializándose en Guitarra Latinoamericana.

En 2021 recibió un reconocimiento especial en el Piazzolla Music Competition (USA), un concurso para celebrar el centenario del nacimiento de Astor Piazzolla. El jurado estuvo encabezado por el pianista y compositor ganador del GRAMMY Pablo Ziegler (Presidente del Jurado) e incluyó, entre otras figuras, a Héctor del Curto y Daniel Binelli, ambos bandoneonistas.

¿Qué sentiste al ser el único argentino y guitarrista premiado entre tantos participantes de diversos continentes?

– Cuando supe que era finalista del concurso Piazzolla Music Competition, me sorprendió, no me lo esperaba. Sobre el premio no puedo decir demasiado, sólo que los certámenes son así, uno debe luchar, pero no esperando el reconocimiento –porque esto trae frustración– sino disfrutando el recorrido, que es lo más interesante. Conozco guitarristas que no finalizan un concurso y ya están pensando en el siguiente; olvidando lo importante que es poder disfrutar del trabajo.

Tocaste y diste clases en numerosos países de América y Europa. ¿Hay alguna experiencia o país que te marcara especialmente como guitarrista?

– Es largo, pero me gustaría relatar dos ocasiones que para mí valieron mucho: la primera fue dar un Concierto en el atelier de Raphaella Smits (Kontich, Bélgica); fue un sueño cumplido tocar para ella, sus estudiantes y el público, que estaba conformado por actores, artistas, lutieres, etc.

La segunda ocurrió en una gira por Centroamérica, en Santa Clara, Cuba. Allí un jovencito me invitó a dar un recital donde el público eran estudiantes de secundaria que, a pesar de las condiciones climáticas y las dificultades del contexto, llegaron en colectivo desde muy lejos. Entendí realmente la situación de aquél lugar. Además, me sorprendió gratamente Roberto Cano (el cubano) quien tocaba la guitarra a un nivel que no podía imaginar. Fue increíble.

En tu trayectoria recibiste además premios muy importantes, ¿qué impacto tuvieron en vos?

– Para mí, cada uno de los premios fueron un incentivo para seguir y creer que estaba yendo en la dirección correcta, sin embargo, lo rico no está en recibir una medalla o un certificado. Muchos, de hecho, me preguntan por qué no tengo colgado ninguno en la pared de mi casa, y es porque creo que el arte no pasa por juntar diplomas sino por ese momento cuando estás, creando, solo con tu instrumento de trabajo, ahí está la mejor parte. Siempre fue así para mí.

¿Cómo fue la experiencia de grabar un álbum solista? ¿Qué nos podés contar acerca de esto?

– Tardé muchos años en decidir qué grabar en mi álbum solista. Entonces, finalmente, decidí enfocar mi tiempo en transcribir sobre Alberto Ginastera, autor argentino -más conocido en el exterior que acá-. Si bien su trabajo fue enorme se conoce poco de él. En el álbum están mis adaptaciones para guitarra, escrita también para otros instrumentos. Asimismo, que el sello de Shagrada Medra lo aceptara fue un verdadero logro que generó, en pocas semanas, una gran repercusión en Japón.

Actualmente estas dando clases, ¿qué te impulsó a enseñar guitarra?

– Efectivamente, trabajo en el Conservatorio de Música Julián Aguirre de Río Cuarto y en el Cepea de General Cabrera. Me impulsó el disfrute que me genera enseñar; además me permite aprender mucho y compartir con los estudiantes, eso me nutre a diario. Se siente bien que ello/as te vean y te pregunten cómo hacer para mejorar su calidad como guitarristas.

IG: @gonzalo.antuna.7