Nota de Tapa
“Si bien toda mi vida soñé con hacer música para niños, llegó en este momento que me encuentra con tiempo, pilas, comprendiéndome como una mujer plena”

Flor Di Paola, transformó su pasión por la música en espectáculo infantil lleno de magia y fantasía, titulado ‘Flor y los Musipeques’, un show que tiene como objetivo recuperar la música tradicional infantil y revalorizar a los autores nacionales. Conocemos más sobre la cantante que además participa en el ciclo Cantoras y en la banda Crazy Diamond

Flor Di Paola (41) cantante y seño, creció rodeada de música gracias a su madre Alicia Subirachs, quien cantaba y tocaba la guitarra para ella. A los 8 años, aprendió este instrumento junto a su hermana mayor, y desde entonces, no paró. Esta conexión con la música se transformó en un espectáculo mágico para niños con ‘Flor y los Musipeques’, proyecto que encontró su motor inicial tanto en su amor por el nivel inicial como en las palabras de su amiga Deolinda Sosa. “La característica que me encanta del nivel inicial es que para ellos todo es mágico, posible, fantástico”, contó Flor, quien halló en el escenario una nueva forma de compartir esa magia con los niños.

– ¿Hay alguna canción con la que te sientas identificada o tenga un significado especial para vos? ¿Por qué?

– ‘Hasta la raíz’ de Natalia Lafourcade me parece muy significativa de mi actualidad como mujer de 41 años que elige, que se da la oportunidad, la posibilidad de elegir como quiere pasar su tiempo, en qué espacios quiere estar y con qué personas. Es una canción que, con una forma muy simple y bonita, cuenta eso. A medida que transitamos la vida vamos aprendiendo que todo está en la raíz, en el origen. En la medida que más te vinculas con tu origen, más feliz sos. Esa es la clave. Y he aprendido eso, a volver a mis raíces y a entender que ahí está todo.

– ¿Qué te motivó a combinar tu carrera musical con espectáculos para niños? ¿Cuándo tomaste la decisión de dedicarte a esto?

– La propuesta de combinar mi carrera musical con espectáculos de niños es algo que fluyó naturalmente ya que soy seño de música y trabajo en el jardín de Infantes Manuel Belgrano. Era una materia pendiente que tenía, pero llegó cuando tenía que llegar, soy creyente de ello. Además, Deolinda Sosa, una gran amiga, me impulsó hacia este camino cuando me dijo: ‘che vos que sos seño de música, ¿no haces música para niños?’. Esa pregunta encendió la mecha y desde ese momento comencé a proyectar la idea de ‘Flor y los musipeques’ con el objetivo de recuperar la música tradicional infantil, con los juegos de ronda, trencitos, canciones de cuna, y revalorizar a los autores nacionales.

Esto de volver a las raíces, que te comentaba en la pregunta anterior, también se vincula con que mi mamá fue maestra de jardín de infantes y titiritera, ahora ya está jubilada; entonces nos encuentra los dos en un momento que le podemos dedicar todo a esto, hacemos títeres juntas, ideamos cómo va a ser mi look para la presentación, cómo va a ser la puesta en escena.

Si bien toda mi vida soñé con hacer música para niños, llegó en este momento que me encuentra con tiempo, pilas, comprendiéndome como una mujer plena. Todo mi crecimiento se vuelca en este proyecto que está hecho con mucho amor y profesionalismo; los músicos que me acompañan aportan ideas fantásticas en todo lo que tiene ver con sonido, grabaciones y demás.

– ¿Qué es lo que más disfrutas de este tipo de eventos? ¿Cómo te preparas para ellos?

– De los shows de música infantil disfruto absolutamente todo. Tanto de la previa, de la construcción del títere, de cómo se va a llamar el personaje, qué le va a dar risa a los peques, qué les va a causar impacto. Es muy gratificante la previa. Pensar en la música que ellos conocen o que una quiere que conozcan.

Después, obviamente, lo más disfrutable es cuando estoy en el escenario porque los resultados son realmente maravillosos. Tal vez es por la época en la que estamos, de pantallas, pero el impacto que tiene el títere, es increíble. Los espectadores se quedan con la boca abierta, no sólo los niños, sino también la familia, los grandes. Veo las caras de los padres cuando aparece un títere y se quedan helados, asombrados.

Mi forma de trabajo es interactuar con el público. Entonces me bajo del escenario y armamos el trencito, hacemos una ronda, aparece un títere y se los paso a ellos. La clave está en que se sientan protagonistas. Entonces de repente armamos un trencito y les pregunto: ¿quién quiere ser la máquina? Es lo mismo que hago en el jardín, pero con un público más grande (se ríe).

El post show es fantástico. Los más chiquitos son tan cariñosos, demostrativos. Cuando termina el show vienen, te abrazan, les presento al títere, se sacan fotos. Disfruto de todo el proceso, desde que lo pienso hasta que lo llevo a la práctica.

– Además, estuviste participando en el ciclo ‘Cantoras’, ¿qué nos podés contar acerca de esto? ¿Cómo elegiste la canción para interpretar en este marco?

– Tengo el súper agrado de haber participado en el ciclo ‘Cantoras’ organizado por Deolinda Sosa. Ella me convocó y, por supuesto, le dije que sí quería cantar. Fuimos con mi marido Mauri Silva en un formato de dúo que tenemos. Yo canto y toco la guitarra; él la percusión; hacemos versiones acústicas de distintos clásicos del rock, de latinos, brasileros, etcétera.

Después surgió la propuesta de un grupo de cantoras conformado por estilos diferentes y definidos. Deolinda Sosa con el folclore, Luciana Tomalino tango, Caro Zabala con versiones más melódicas, líricas, y yo con el rock. Recuerdo que me llama Santi Llanes, director del proyecto, y me dijo que pensara en una canción que sea significativa y oportuna para el momento patriótico, ya que la velada era por el 25 de mayo. Después de pensar un rato y hablarlo con Mauri elegimos ‘Inconsciente colectivo’ de Charly García porque coincidíamos que es como la parte 2 del himno nacional argentino. Como segunda canción escogí ‘Juntos a la par’ que también tiene un mensaje muy bonito.

Cantoras de mi patria se presentó en varias oportunidades. La última fue en el Teatrino de la Trapalanda, el 26 de octubre. Ahí todas cambiamos las canciones. Elegí, también del rock nacional, temas de Celeste Carballo, Silvina Garré, Fabiana Cantilo y Serú Girán.

– ¿Cómo es tu presente en la música? ¿Tenés alguna meta u objetivo que te gustaría alcanzar?

– Mi presente en la música es hermoso, lleno de trabajo. Estoy con mi show infantil ‘Flor y los musipeques’ con el cual me encantaría llegar lo más lejos posible, a grandes escenarios. Creo un montón en este proyecto.

También seguir con las cantoras. Además, soy corista en una banda tributo a Pink Floyd que se llama Crazy Diamond y estoy con la idea, con mi marido, de grabar una tanda de temas propios que en algún momento compusimos y quedaron guardados.