Nota de tapa
“La danza, básicamente, es mi vida, es lo que me apasiona”
Constanza Urquiza Quiñonez se sumergió en el mundo de la danza gracias a sus padres, fundadores de la academia Atahualpa Yupanqui. A los nueve años, recibió una beca en la escuela de Flavio Mendoza en Buenos Aires. Actualmente forma parte de Stravaganza y Circo del Ánima. En esta entrevista conocemos más sobre ella
Constanza Urquiza Quiñonez (21), se inició en la danza desde muy pequeña gracias a sus padres, Ivana Quiñonez y Marcelo Urquiza, quienes además de ser bailarines, son los fundadores de la academia de danza Atahualpa Yupanqui en General Cabrera. «Me crié en el entorno de la danza folclórica debido a la academia que tienen mis papás desde hace más de 40 años. Los acompañaba a dar clases, iba a todos los ensayos y así aprendí, siendo muy chiquita, a hacer el paso básico», expresó Coti.
A los nueve años, el director de la Escuela de Flavio Mendoza en ese momento, Javier Olguín, la vio bailar en un curso dictado por Facundo Mazzei y la invitó a unirse a la escuela de Flavio en Buenos Aires. «A los 9 años empecé a tomar clases en la escuela de Flavio. A fin de año, hacían una muestra con todos los estilos de danza. En mi caso, me hicieron bailar una coreografía particular con Facundo Insua, a quien amo con todo mi corazón. Al finalizar, Flavio me otorgó una beca para quedarme en su escuela y poder seguir formándome como artista», añadió la bailarina.
– ¿Qué significado tiene para vos la danza a nivel personal?
– La danza, básicamente, es mi vida. Suena cursi, pero vivo de la danza, es lo que más me apasiona y sin ella no sé qué haría. Además de mi trabajo, mi profesión, la danza es compartir junto a mí papá, mi mamá, mi hermano Juan Cruz, mis abuelos.
Mi familia me llevó también a donde estoy, el sacrificio de mis papás, que dejaban de dar sus clases o uno se quedaba para hacerse cargo de la academia mientras otro me acompañaba a Buenos Aires, eso lo voy a llevar siempre guardado en mi corazón.
Siempre digo que todo lo que haga desde que nací en adelante, es un poquito para agradecerles a ellos todo lo que hicieron por mí. Igualmente, agradecida con cada una de las personas que pasaron por mi vida dejándome una enseñanza como bailarina y como persona.
– Además de tu formación en folklore por la academia Atahualpa Yupanqui, ¿cómo fue tu desarrollo como bailarina?
– A los tres años empecé a tomar clases de otras disciplinas como el jazz y clásico con mi maestra Susana Digiuni y ya siendo un poco más grande, a los siete, ocho años, comencé a asistir a seminarios de las disciplinas que encontrara ya sea contemporáneo, ritmos urbanos, etc.
Después en la escuela de Flavio se dictaban clases de todos los estilos, contemporáneo, theater dance, clásico, jazz, acrobacias aéreas, acrobacias de piso, teatro. Ellos tienen una carrera de formación de cuatro años. Yo, una semana al mes, viajaba para tomar clases de diversos estilos con diferentes docentes. A la par estaba cursando la primaria por esto tengo que agradecer a cada uno de mis maestros de la escuela, a los directores, por haberme dado esta posibilidad.
– ¿Cómo fue este desafío de estudiar y a la vez viajar para tomar las clases en Buenos Aires?
– Siento que fue uno de mis mayores desafíos. Llevar lo escolar, la primaria, secundaria, junto con lo profesional, que era la danza. Era el sacrificio de viajar y el de estudiar para hacer lo que amo. Sabía que iba a dedicarme a esto, pero era una obligación para mi terminar la escuela ya que el día de mañana seguramente quiera arrancar una carrera; me gusta mucho la psicología. No hay nada que con esfuerzo y dedicación no se pueda lograr.
– ¿Cómo llegaste a formar parte de Stravaganza?
– Entre los 9 y los 19 nunca dejé de formarme, ya sea con seminarios, en la escuela de mis viejos, donde clase que había, clase que participaba. A los 19 me enteré que había una audición de gauchos para Stravaganza en el Teatro Broadway. Fui acompañada por mis papás y otro de mis compañeros. Hice la audición y quedamos tres chicas y ocho hombres. Lo que más me quedó grabado de ese momento es la manera en que disfruté. No iba con la expectativa de quedar sino simplemente tomarlo como experiencia de una primera audición.
Me fui inmensamente feliz, muy feliz. Saliendo del Teatro Broadway, yéndonos para casa, me busca uno de la producción y me dice: ‘Coti, entraste a Stravaganza’. Con mi viejo nos abrazamos, llorando los dos.
Desde ahí empecé a ensayar y mi primer debut fue en Mendoza con Stravaganza.
– ¿Qué otras experiencias tuviste en este camino que fuiste transitando hasta ahora?
– En 2016 actué en combate talentos, iba en representación de la escuela de Flavio Mendoza, eso fue en Canal 9. En 2019, con 15 años, viajé a China con la compañía BRAVAS de la mano de Flor Cura. Y en 2021 fui campeona nacional de malambo femenino en la categoría juvenil.
También estuve en la obra de Facu Mazzei, Viscelar, y actualmente soy bailarina de Stravaganza y Circo del Ánima.
– ¿Hay hay algún estilo de baile que te apasione más?
– El estilo de baile que más me apasiona es el folklore porque lo hice desde toda mi vida. En cuanto a los demás ritmos, me gustan todos. El día de mañana sirven porque son herramientas de trabajo y formación para el bailarín.
– ¿Qué te gustaría decir para cerrar esta entrevista?
– Muchas veces no somos conscientes de todo lo que se logra con mucho esfuerzo y dedicación, que las metas que nos ponemos se alcanzan. Recuerdo que Stravaganza era mi sueño, desde muy chiquita cuando iba a tomar clases a la sede de Palermo, acompañada por mi viejo, nos íbamos a ver el espectáculo y para mí era una grandiosidad. Siempre me volvía con el corazón lleno de amor.
Decir que admiro a toda la gente con la que trabajo, la que me enseña. Voy por la vida admirando, siendo muy feliz. Cada objetivo que se me cruza trato de cumplirlo porque con mi viejo siempre decimos que el tren pasa una sola vez y que por algo pasa, así que tratamos de siempre subirnos e ir por el objetivo sea fácil o difícil. Saber que hay fracasos, alegrías, así que nada, emocionada.
No sé si actualmente tengo sueños específicos, pero si siento que cada oportunidad que me da la vida la quiero aprovechar. Ya sea una compañía de danza, viajar al exterior, siento que todas las experiencias son bienvenidas. Mientras más pueda sumar en mi vida mejor porque eso es lo que nos llevamos. Poder ser felices y disfrutar de lo que uno tanto ama.
Por último, agradecer a todas las personas que pasan por mi vida, que me dejan su granito de arena, a Flavio, que me dio todas las oportunidades del mundo y, por supuesto, a mi familia.