Nota de Tapa
Sofía y Matias: un viaje de once años en el mundo de la danza
Sofía Ossola y Matías Ramírez, pareja de baile y de vida, empezaron con ritmos latinos, encontrando su verdadera pasión en el tango. En esta entrevista, comparten sus inicios, momentos inolvidables, su participación en la obra ‘Ríe Payaso’ y sueños
Sofía Ossola (31) y Matías Ramirez (32) llevan 11 años bailando juntos, iniciando su trayectoria en el mundo de la danza con ritmos latinos. Cinco años después decidieron enfocarse en el tango, un estilo que rápidamente se transformó en su pasión. “Todo empezó cuando la mamá de Mati nos enseñó una coreografía básica. El tango nos voló la cabeza por su música, pasión, conexión y el tema del abrazo. En nuestro caso somos también pareja de vida entonces lo disfrutamos un montón”, compartió Sofía.
Por su parte Matías añadió: “Además, la historia que cada interprete quiso contar. Creo que hay muchos sentimientos en un solo tango y eso lo vuelve un ritmo muy apasionante y cargado de significado”.
El 18 de octubre, formaron parte del elenco de la obra ‘Ríe Payaso’ de la compañía Alborotango en Córdoba, en el teatro Ciudad de las Artes, un gran desafío para los bailarines. “Nosotros veníamos acostumbrados a bailar solos y, en esta ocasión, compartimos escenario con otros artistas que tenían cada uno su estilo, coordinando una coreografía, algo completamente nuevo para nosotros”, dijo Matías.
– ¿Cuándo comenzaron a interesarse por la danza y, particularmente, en el tango?
Sofía: A mí la danza me gustó e interesó desde que era chiquita. A los 6 o 7 años tomé algunas clases, pero por diferentes circunstancias de la vida no pude continuar. Cuando me puse de novia con Mati y comenzamos a ir a los festivales que organizaba su mamá empecé a pensar: ‘que lindo hubiese sido continuar con las clases’. Tenía el prejuicio de que ya era grande para empezar a aprender un montón de danzas -para mi ser grande era tener 20 años-. Pero ella me dio ese empujoncito que necesitaba.
Matías: En mi caso, como mi mamá, Ana María, es profesora de danza y tiene su academia, estuve inmerso desde siempre en este mundo hermoso, pero me costaba dar el paso inicial por vergüenza, miedo al qué dirán. Hasta que llegó Sofi y logró que me animara a bailar. Mi primer acercamiento al tango fue a los 12 años en un festival de fin de año de la academia de mi mamá. En este evento, una de las parejas invitadas bailó muy bonito un tango. Todavía recuerdo ese baile con tanta picardía, que emanaba tanto amor; quedé maravillado.
– ¿Hay algún momento inolvidable que hayan experimentado juntos en el mundo de la danza?
Matías: Creo que hemos vivido muchos momentos emocionantes. Por ejemplo, cuando empezamos a tomar clases online por la pandemia con campeones mundiales. No lo veíamos viable por la distancia, los horarios de cada uno o inclusive por las giras que ellos tenían, era muy difícil encontrarlos para tomar clases.
Sofía: La pandemia nos permitió eso y cuando terminó muchos pudieron dar clases presenciales en Buenos Aires. Tuvimos la posibilidad de viajar, conocerlos en persona y establecer un contacto más cercano; inclusive muchos de los profes se han transformado en nuestros guías, nos invitan a sus espectáculos, brindándonos la oportunidad de verlos bailar en vivo. Fue y es alucinante.
También otro momento muy importante fue cuando preparamos con uno de los profes ‘Quejas de bandoneón’. Cada vez que escuchamos ese tema se nos eriza la piel porque recordamos esa primera coreografía que hicimos, elaborada, con trucos. Más allá de los aciertos y desaciertos siempre nos va a quedar en el recuerdo esa primera presentación.
– ¿En qué eventos estuvieron participando?
Sofía: estuvimos participando en Banca el Arte, en Cultura Abierta, organizado por la Municipalidad de Río Cuarto, en un evento a beneficio de Afulic, en algunas milongas y eventos privados. Cada uno de ellos nos hizo sentir algo diferente. Lo que podemos rescatar y destacar es el recibimiento que está teniendo el tango. Mucha gente joven está incurriendo en este mundo. El interés en la gente está creciendo y eso es realmente muy lindo.
– ¿Qué nos pueden decir sobre su experiencia con la obra ‘Ríe Payaso’? ¿Cómo surge esta propuesta? ¿Qué sintieron en esta primera vez compartiendo escenario con otras parejas?
Sofía: la propuesta surge porque, más o menos a mitad de año, fuimos a una audición para otra obra que se hacía también en Córdoba. La misma se terminó posponiendo, pero, en la audición, estaba la creadora y directora de Alborotango, Victoria Cescato, quien nos propuso formar parte de la compañía y estar en la obra el 18 de octubre.
Como primera experiencia bailando con una compañía, con un grupo, donde tenés que coordinar la coreo, pero también un montón de cosas como el estilo del abrazo, los pasos que damos, fue una vivencia hermosa y súper enriquecedora. En principio también fue un enorme desafío porque teníamos que viajar todos los viernes a los ensayos en Córdoba y, algunas veces, los sábados. Fueron meses de mucho laburo que dio sus frutos. El grupo era muy lindo, había mucho compañerismo, entre todos nos ayudábamos con los peinados, el maquillaje. Nos sentimos muy agradecidos con ellos y con Victoria.
Matías: creo que fue verdaderamente mágico. La adrenalina de estar en el escenario con un grupo, músicos en vivo, un bandoneón. Todo eso fue sumando a un show único y especial. Pisar otro escenario, salir un poquito de Río Cuarto, estuvo buenísimo.
Ya habíamos hecho una presentación con Alborotango en el Museo Metropolitano de Arte Urbano. Se trató de un adelanto de la obra. El lugar es una locura, yo no lo conocía. Todas son experiencias que te van haciendo crecer. Ayudan a que sigamos profesionalizándonos y perfeccionando nuestro baile.
– ¿Tienen algún sueño o meta que deseen alcanzar juntos en su trayectoria como bailarines?
Matías: los objetivos, metas y sueños que tenemos con Sofi son tratar de seguir creciendo de manera profesional. Si en algún momento se pudiera dar de vivir exclusivamente de esto que amamos, el tango, estaría buenísimo. Además, seguir disfrutando el proceso como lo estamos haciendo. Cada pasito nos da mucha alegría y felicidad.
Sofía: Exactamente, como dice Mati. Creo que es importante que la danza y el arte sean reconocidos laboral y profesionalmente. Poder vivir de esto es un anhelo que tenemos.
Matías: Y en algún momento, por qué no, participar del Mundial.
Sofía: Sin duda. Sería una experiencia hermosa, no solo por la competencia, sino por poder pisar ese escenario y compartir con los semejantes artistas que participan en este evento. Sin embargo, creemos que lo más importante es seguir disfrutando del tango durante toda nuestra vida.