Por Martin Boiero
La Autovía 158: Clave para el crecimiento del sector agrícola ganadero en el Corredor Bioceánico
La Autovía 158, una arteria clave del corredor bioceánico, es fundamental para el desarrollo del sector agropecuario en Argentina. Esta ruta no sólo facilita el transporte de productos agroindustriales, sino que también conecta las industrias relacionadas con los mercados nacionales e internacionales, lo que fortalece la cadena de valor agrícola en la región.
La importancia estratégica de la Autovía 158 radica en su capacidad para mejorar la eficiencia logística. Los productores agrícolas y ganaderos que operan a lo largo de este corredor se benefician de una red de transporte robusta que reduce costos, acorta tiempos de traslado y minimiza el impacto ambiental, elementos esenciales en un sector donde la competitividad depende tanto de la calidad como de la eficiencia.
Para potenciar aún más la economía del sector en esta zona, es crucial incentivar nuevas inversiones. Aquí es donde entra en juego el Régimen de Incentivo a la Generación de Inversiones (RIGI). Este régimen ofrece beneficios fiscales significativos a las empresas que deciden invertir en proyectos que promuevan el desarrollo tecnológico, la sostenibilidad y la modernización de la infraestructura productiva y logística en la región.
Por ejemplo, la construcción de nuevas plantas de procesamiento de granos y carnes a lo largo de la Autovía 158 no sólo generaría empleos directos, sino que también impulsaría la economía local mediante un mayor demanda de servicios auxiliares y el fortalecimiento de las economías regionales. Además, la modernización de la infraestructura vial y ferroviaria bajo el RIGI podría mejorar aún más la competitividad del sector, facilitando el acceso de los productores a mercados más distantes con productos de mayor valor agregado.
En conclusión, la Autovía 158 es más que un simple camino: es un eje vital para el desarrollo económico del sector agrícola ganadero en el corredor bioceánico. La implementación efectiva de incentivos como el RIGI puede atraer inversiones esenciales, transformando a esta región en un punto neurálgico del crecimiento agroindustrial en Argentina, impulsando así un desarrollo económico sostenible y competitivo.