Ronda de bares
Ritual Nómade – La Piojera
El sábado 26 de abril, se celebró la primera edición 2025 de Ritual Nómade en el RC Polo Club, una experiencia creada para cautivar todos los sentidos. Desde el mediodía, el lugar se transformó en un encuentro a cielo abierto, donde la música, la naturaleza y los sabores se fusionaron en perfecta armonía.
El sol acompañó un almuerzo relajado, donde las mesas compartidas propiciaron nuevas conexiones, mientras los sonidos en vivo marcaron el ritmo ideal.
El line-up fue pura energía, comenzando con Jairo Calosso, quien desplegó su magnético set como DJ residente. A continuación, Diego Rosa llevó el pulso del mainstream latino, seguido por Ariel Ayala y Matías Chilano, quienes sumergieron al público en una electrónica envolvente que se fundió con la naturaleza circundante.
Con una ambientación natural, sabores intensos y una curaduría musical impecable, Ritual Nómade debutó con una propuesta fresca que promete nuevas ediciones en el futuro cercano.
El fuego y los sabores de Ritual: la experiencia gourmet de La Piojera
En el corazón del primer Ritual Nómade, hubo una ceremonia de fuego, texturas y sabor: la propuesta gastronómica de La Piojera, reconocida por convertir lo simple en extraordinario.
Desde el primer bocado, la experiencia fue en ascenso. Una suave mayonesa de berenjenas asadas con pan casero dio la bienvenida. Luego llegaron las empanadas al disco: la clásica de carne bien jugosa y otra pensada para paladares vegetarianos, con hongos y cebolla caramelizada, doradas y aromáticas gracias al hierro caliente.
En los principales, el protagonismo lo tuvo un ojo de bife asado al punto justo, acompañado de papas rústicas al romero, chimi verde casero y un tomate grillado con olivas y hierbas. Y para quienes eligieron la opción veggie, una alternativa igual de sabrosa: crêpes de hongos de pino, espinacas, nueces y tomates asados, gratinados con mozzarella.
Todo esto se vivió entre música en vivo, naturaleza y una atmósfera cálida que invitaba a quedarse. Más que un almuerzo, fue una celebración compartida. Un ritual que, sin dudas, va a repetirse.