Culturales
“Cuando escucho una salsa que me gusta mucho, algo dentro mío vibra, me invade una sensación de armonía y paz, pero también alegría, diversión y fuerza”
Bianca Carpinetto creció entre ensayos y música por la academia de sus padres “Unión Danza”. Hoy es Campeona Nacional de Salsa y campeona mundial grupal en el Euroson Latino 2024 en México. Conocemos más en esta entrevista

La historia y conexión de Bianca Carpinetto (17) con la danza comenzó incluso antes de su nacimiento. Su mamá, Belén, bailaba mientras estaba embarazada de ella, envolviéndola en el ritmo y el movimiento desde aquél primer momento. Su papá, también es bailarín y juntos fundaron la academia ‘Unión Danza’, espacio que se transformaría en el segundo hogar de Bianca. “Que yo recuerde, mi primera clase fue a los tres años. Fue de danzas árabes. Con el tiempo, por diversión, fui explorando otros ritmos como clásico, urbano, contemporáneo, latino”, rememora Bianca sobre sus inicios. Y continúa: “Siempre me gustó bailar y, como era hija de los dueños, pasaba todo el día en la academia”.
Su formación constante, el apoyo de la productora Salsa Warm Fest, de Cristián Ortiz –a quien Bianca considera su ‘madrino’–, y de Unión Danza, la llevaron a participar, el año pasado, en el Euroson Latino, mundial en el que, junto con su equipo, se coronaron campeonas.
– ¿Cómo fue vivir esa experiencia internacional en el Euroson Latino 2024 en México?
– Fue maravilloso, un sueño y una experiencia que quedará guardada en mí para siempre. Sobre todo, porque fue representando a nuestro país. Además, poder ver a artistas internacionales que tenían total disciplina y profesionalidad, me dejó muchísimos aprendizajes. Durante el proceso nos acompañaron un montón de profesionales que nos iban aconsejando y enseñando cómo se hace, con la intención de potenciar nuestra calidad como bailarinas.
– Además en ese concurso competiste también como solista, ¿cómo te preparaste para participar en dos categorías? ¿Cuáles fueron las dificultades más grandes?
– En ese concurso competí con mi solista, también representando a Argentina. Me preparé igual que con el grupo, con mi coach Mariela Rondón, de Mar del Plata, y todo el equipo de coaches, entrenador, nutricionista, psicóloga, fisioterapeutas. Les mostraba mi coreo a diversas personas para que me dieran su punto de vista u opinión.
Creo que una de las dificultades más grandes que experimenté durante el proceso de preparación para esa competencia fue el sacrificio personal. A veces no podía juntarme con mis amigas un fin de semana porque tenía que ensayar o asistir a una capacitación.
En cuanto a lo físico, el hecho de entrenar toda la parte cardio, fue muy exigente. La competencia se llevaba a cabo en Puebla, ciudad de México, ubicada a 2.175 metros sobre el nivel del mar. Esto implicaba que el clima era más denso, mucho calor y menos circulación de aire. El desafío, entonces, era entrenar el cuerpo desde Río Cuarto, prepararlo por el alto rendimiento que la falta de oxígeno demandaba.
Y si me detengo en lo emocional, creo que fue lidiar con la frustración, entender que es un proceso, trabajar la paciencia, la autoexigencia, hablarse y tratarse bonito. La autoconfianza fue también un desafío.
– Como actual campeona nacional de salsa, ¿qué significado tiene este reconocimiento para vos? ¿Cómo llegaste a esto?
– El título de “Campeona Nacional de Salsa” me genera orgullo y motivación. Creo que es una especie de motor que me impulsa a seguir enfocada, aprendiendo y respetando el proceso. Cuando decidí competir, empecé a prepararme, tomé diferentes clases, fui capacitándome, entrenando, alimentándome bien y descansando correctamente. Llegué a mi objetivo ensayando, esforzándome y trabajando día a día con una pregunta en la cabeza: ¿qué hago hoy, acá y ahora para cumplir mi objetivo?
– Entre tantos estilos, ¿por qué elegiste la salsa? ¿Qué te atrapó de este ritmo?
– Con la salsa específicamente empecé en 2018. Es una danza que me enamora, me genera alegría, fuerza, adrenalina y euforia –ya sea corporal o musicalmente–. La disfruto también como género musical, escuchando canciones de muchos años que dejaron huellas en el tiempo. Me atrapa, me puede, es difícil explicarlo con palabras, pero cuando escucho una salsa que me gusta mucho, algo dentro mío vibra, el cuerpo se empieza a mover, me invade una sensación de armonía y paz, pero también alegría, diversión y fuerza.
– ¿Cuál es tu visión o meta a largo plazo como bailarina? ¿Algún sueño que quieras compartirnos?
– Mi meta o visión como bailarina es seguir capacitándome y aprendiendo de cada persona que me cruce en este camino –me siento una especie de esponja que absorbe absolutamente todo–. También deseo que cada vez que esté sobre un escenario, pueda transmitirle al público lo que siento cuando bailo, esa pasión por la salsa que me mueve hasta la última fibra del cuerpo; que se vea el esfuerzo y sacrificio que me llevó hasta ahí.
Sobre los sueños, tengo muchísimos, pero el más grande o el que más anhelo es recorrer todo el mundo bailando, dando clases, capacitándome. Aspiro a ser reconocida, formar parte de compañías prestigiosas y algún día ser jurado en competencias mundiales.
IG: @biaancarpinetto