El director, argentino, responsable de algunas comedias románticas-humorísticas que convocaron un numeroso público en su momento (Me case con un boludo; Un novio para mi mujer, No sos vos, soy yo, entre otras) retorna a la dirección después de ocho años con esta propuesta, rodada en México y cuyos intérpretes son todos mexicanos.

El protagonista es un negociador de la policía que se encarga de hechos difíciles de secuestros o toma de rehenes de nombre Alan (Mauricio Ochmann), quien transita por un momento de rispideces conyugales. En estas circunstancias se verá involucrado en un caso de alcance nacional y altísimo riesgo, por las figuras que resultan comprometidas en tan delicada situación.

Este singular producto, pensado para el mercado latinoamericano, y que enmarca su línea argumental en la realidad y costumbres del país de origen, propone algo así como un mix entre thriller y complicaciones matrimoniales. Apela para ello a un esquema narrativo convencional y resulta, en definitiva, esa clase de películas ideales para pasar un rato de distensión, disfrute y bienvenido entretenimiento, aunque las olvide al poco tiempo de su visión.

Elpidio Blas