Por María Gisela Constantino. Lic. En Psicología - M.P.7899
Relaciones Liana… ¿un clavo saca a otro clavo?

Un antiguo pero muy pintoresco refrán dice que “un clavo saca a otro clavo”, pero en cuestiones del corazón ¿será así? Verdaderamente, ¿un amor puede olvidarse en un corto lapso de tiempo por otro? O simplemente las personas ¿somos reemplazables? Todas estas preguntas nos llevan a re-pensar y sondear las nuevas modalidades vinculares o relaciones amorosas en la actualidad.
En el campo amoroso, se habla de las relaciones lianas; denominadas de esta manera porque son vínculos amorosos en los que una persona enlaza una pareja o relación tras otra, sin tomarse el tiempo necesario para procesar el duelo por la ruptura anterior. De esta manera, se busca evitar emociones negativas o desagradables como la angustia o tristeza cambiándolas por la excitación y el bienestar que genera el inicio de una nueva relación.
Además, este tipo de relaciones suelen ser breves y poco profundas. Quienes las viven sienten una urgencia por avanzar rápido, incluso llegando, en ocasiones, a convivir prematuramente. Pero, como todo vínculo tan fugaz, se viven con gran intensidad, ya que no hay tiempo suficiente para que las emociones se estabilicen y se asienten las bases sólidas que debe ter cualquier relación de pareja.
En psicología, esto se conoce como habituación, ya que, con el tiempo, la emoción que produce algo nuevo tiende a disminuir. Pero en estas relaciones, ¡todo termina antes de que eso ocurra! La otra persona se convierte en un estímulo muy atractivo, que genera placer y entusiasmo, pero la falta de duración impide que esa emoción evolucione hacia un vínculo más sólido y profundo.
Por ello, estas relaciones empiezan a llegar a su fin cuando aparecen comparaciones respecto a las parejas anteriores y no se cumplen las expectativas idealizadas que se tenían. Esto es un indicador de que no se ha dado el tiempo ni el espacio necesario para realizar la elaboración del duelo tras la pérdida amorosa anterior. Así, la persona empieza a desencantarse con esta nueva relación y como consecuencia, vuelve a buscar el bienestar en otra persona.
Esta forma de vinculación, poco saludable, se repite generando un ciclo infinito de parejas que no generan un bienestar, ni vienen a sanar la pérdida amorosa anterior, por el contrario quienes practican este tipo de relaciones tienden a desarrollar dependencia emocional en sus vínculos, esto es, una necesidad exagerada de mantener una relación afectiva con otra persona, buscando la constante validación y el sentirse querido.
Es importante aclarar, que cuando las relaciones generan necesidad, se establecen vínculos de apego dependientes hacia las parejas y aparecen síntomas de deseo intenso hacia la relación con el otro, así como malestar en la ausencia de la otra persona (síndrome de abstinencia). Es por ello que en Psicología hablamos de dependencia emocional asemejándola a una adicción.
Ahora bien, pueden preguntarse por qué se generan este tipo de relaciones. Y les puedo contar algunas posibles causas:
- El miedo a la soledad, es la mayor causa de caer en vínculos amorosos pocos saludables. Quienes tienen temor a quedarse solosintentan protegerse de ello estando cerca de una pareja o potencial pareja como forma de escapar de ese sentimiento o llenar un vacío emocional.
- Baja autoestima y necesidad de validación externa extrema, ya que, al ser inseguros con ellos mismos, estas personas no se validan, tienen un autoconcepto negativo, necesitan complacer a otros y que los demás los hagan sentir válidos y refuercen su autoestima de manera positiva. Sin embargo, la baja autoestimano es solo una causa sino que también es una consecuencia, entrando así en un círculo vicioso en el que la baja autoestima favorece la búsqueda del acompañamiento y la validación externa pero esto, a su vez, genera aún más inseguridad.
- Idea de no estar completos, es una idea irracional e interiorizada que lleva muchas veces a creer que encontrar una pareja es fundamental para poder desarrollarnos totalmente como persona. Todos hemos escuchado alguna vez la frase de “buscar tu media naranja” y en realidad, no lo necesitamos.
- Y, por último, nos encontramos con la presión social. La sociedad cambia constantemente y cada vez más se reformula el concepto de pareja, y la idea sobre en qué consiste tener una pareja o cómo debería ser bajos los cánones esperables arcaicos. Sin embargo, aún existe una tendencia a la crítica si alguien no se encuentra en una relacióna partir de cierta edad, elije estar solo o vincularse con otras personas desde nuevas modalidades.
Esta última causa, que es social y no personal, es la más compleja de erradicar o modificar ya que se entrelaza a generaciones anteriores y costumbres culturales inexistentes. Lo que si debemos saber es que no hay una única manera de vincularnos amorosamente con otra persona, ni nada garantiza que esa relación vaya a funcionar como esperamos. Es saludable respetar los tiempos psíquicos de los procesos de elaboración del duelo de aquellas personas que no son más nuestras parejas luego de un rompimiento amoroso; un momento de preparación para retomar el camino cuando estemos listos para volver a intentar conocer a alguien.
Pero, recuerda que ¡un clavo no saca a otro clavo!
María Gisela Constantino
Lic. En Psicología – M.P.7899
Docente e Investigadora Universidad Siglo 21
Diplomada en Promoción y Protección de NNyA en Entornos Digitales.