Por Alberto Sánchez
El primer palacio de la ciudad

Tiempo atrás, se abrieron las puertas de los viejos tribunales para cobijar propuestas culturales, tal cual se había establecido en el acuerdo de cesión del inmueble a la Municipalidad por parte del gobierno provincial.
En su interior quedaban sepultadas definitivamente las sentencias, algunas severísimas, otras muy benignas; los desencantos de las víctimas de fallos judiciales equivocados, la alegría de una madre a cuyo hijo el juez liberó de toda culpa y cargo, en fin…
El imponente edificio de Alvear al 600 –data de 1919- ya no será mudo testigo de aciertos y errores, risas y llantos. Ahora disfrutará plácidamente las mieles musicales, piezas teatrales, exposiciones artísticas y todas las bellezas que conlleva el arte.
Sin embargo, me parece atinado dar un vistazo a la historia judicial que, jurisdiccionalmente, se extendió a los departamentos Río Cuarto, General Roca y Juárez Celman. Leí al respecto artículos escritos por los historiadores Omar Isaguirre y Eduardo Tyrrell y una nota del colega Nicolás Cheetham publicada en diario Puntal. Los tres coinciden en que la actividad arrancó en el siglo XIX, denotando desde su comienzo una creciente importancia, en tanto descollaron en los tribunales relevantes figuras, cuyos nombres se inscriben en la historia misma de la ciudad. Isaguirre, director del Archivo Histórico Municipal, recordó que antes de la inauguración del edificio, los franciscanos construyeron frente a la iglesia una plaza que hoy por hoy se conserva parcialmente, donde se levantó el primer monumento de la ciudad con la imagen de la Inmaculada Concepción. A todo esto, el superintendente de los Tribunales, Carlos González Castellanos, destacó a Puntal que el edificio original fue pionero en todo el territorio provincial. Arrancaba agosto de 2019 y el magistrado comentó que también se contaría con un Archivo y Biblioteca. Tras la feria, efectivamente comenzó el traslado al edificio de la costanera de tres asesorías letradas, las dos cámaras del crimen y todos los equipos técnicos. Arquitectura “Al ser destinado a la Justicia, añadió, se apeló a un tipo paradigmático; entonces, podemos decir que es una propiedad de planta simétrica. De frente, es como un cuadrado. Tiene elementos de la arquitectura clásica como arcos, columnas y molduras. Si bien está muy bien decorado, es austero. Es decir, responde más al Renacimiento que al barroco o al rococó”, manifestó Gentile. Trazando un paralelismo, para la arquitecta “el Palacio Municipal está mejor conservado, porque es el único que se puede ver desde los cuatro costados ya que no ha tenido ninguna implantación cercana. Y en el caso del edificio de Tribunales, se ha construido dentro de la plazoleta que está al lado, ante la necesidad de contar con más oficinas.” Al preguntársele si el estilo era común en aquel tiempo en la Argentina, sostuvo que sí, “era muy usual para los edificios públicos”. En ese sentido, acoto, cabe reconocer que la sala central del inmueble de la familia Jorba –hoy Octavia- y otras dependencias, donde se asientan algunos comercios, posibilitó una prolija remodelación que merece el reconocimiento. Algo similar ocurre con la enorme casona de los Alonso, ahora perteneciente a los Sorondo Ovando -Alvear al 500- que se halla en un excelente estado de conservación. Y la Municipalidad, por su parte, lleva a cabo periódicos trabajos de mantenimiento en lo que fue la Comandancia de Fronteras, hoy Museo. |