Nota de tapa
Con el alma entre cuerdas

Desde una guitarra de juguete hasta giras nacionales e internacionales; con más de 200 entrevistas con referentes de la música, Jesús Amaya construyó una vida entera alrededor de la guitarra

La historia de Jesús Salvador Amaya (47) con la música inició cuando era pequeño. “Tenía 3 o 4 años”, recuerda. En la casa de su abuela, con una guitarra de juguete –con cuerdas de tanza– intentaba seguir el ritmo de los discos que allí sonaban. “También había algún pianito dando vueltas, pero verdaderamente a mí me atraían las guitarras”, expresa. Aquello que comenzó como un juego de niño, poco a poco, fue transformándose en una verdadera pasión y vocación. 

Su primer acercamiento formal a la música fue en 1986, de la mano de Oscar Quiroga destacado músico y compositor de nuestra ciudad. “Fue mi primer maestro”, rememora Jesús. “Después vino una etapa de búsqueda personal y aprendizaje autodidacta a través de libros, revistas y lo que pudiera encontrar en la década del ’90. Hasta que en 1998 comencé el conservatorio”, añade sobre su formación académica.

– ¿Cuál consideras que fue el aprendizaje más valioso que te llevaste de esas primeras clases con Oscar?

– Viéndolo 40 años después y, ya con 28 años de clases particulares ininterrumpidas en mi espalda, creo que me dejó el amor y la pasión por enseñar antes que la de subirme a un escenario. Si tuviera que elegir entre las tablas y las clases… elijo las clases.

– A lo largo de tu recorrido como guitarrista, fuiste sumando muchas experiencias. Si tuvieras que mencionar dos momentos significativos para vos, ¿cuáles serían y por qué los elegís?

– Primero permitime contarte tres rapiditas que se produjeron durante el transcurso del mismo día; son de esas que ni te las podés imaginar, que dudás en decir que sí. Acompañé a Claudia Puyó –cantante de rock y corista de Fito Páez– en el Viejo Mercado, a Roberto Ayala –cantante de tango– en la cárcel y a Marta Fort –mamá de Ricardito en pleno furor– en una Cena de Mujeres Empresarias en el CECIS. Todo el mismo día.

Pero si tengo que elegir solo dos momentos, uno fue en 2001 cuando abrí la noche del VII Encuentro Internacional de Guitarras del Mundo en nuestro Teatro Municipal. Después de ese festival fue que me hizo el click final para dejar la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación y entrar al Conser para dedicarme de lleno a la guitarra.

El otro momento fue 14 años después en el mismo teatro. Fue mi charla TEDx. Después de mirar a miles y miles, quedar seleccionado en mi ciudad y poder aportar 18 valiosos minutos «super libretados» fue como un reconocimiento inesperado; sobre todo porque se hizo solo dos años acá y luego se esfumó.

– Sabemos que tenés una colección de 17 guitarras, ¿hay alguna que tenga un valor especial para vos?

– ¡Ya está llegando la 18! Es una Fretless –guitarra sin trastes–. Desde el 2015 soy endorser de Guitarras Zagert, fabricantes de las reconocidas Fonseca y Alpujarra. Actualmente es la fábrica más grande de guitarras, me atrevo a decir, de Sudamérica.

Todas mis guitarras son especiales. Desde la Romántica mediana del ’86 –hoy es requinto– con la que tomé las clases con Oscar, la Alpujarra 75 –hoy un guitarrón– que me acompañó entre el ’96 y el 2000 en miles de escenarios. También la del luthier Walter Rosso que fue mi compañera los siguientes 18 años.

Desde 2018 vengo usando Guitarras Zagert. Para dar clases utilizo las Fonseca 24, 25 y 41. Para las giras provinciales –Mendoza, San Luis, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires– la 300 negra o la Alpujarra 86 que me regalaron para la gira por México, El Salvador, Ecuador, Colombia y Uruguay.

También la Alpumidi blanca que, algunas veces, se la presto a Víctor Rapetti cuando el dúo hace un set más folklórico. Después tengo de 7, 8 y 11 cuerdas del luthier Facundo Miño (Entre Ríos). Sin embargo, si, hoy por hoy, tengo que salir con una sola guitarra, elijo la de 8 cuerdas que es la más versátil. Y, si en el equipaje entran dos, sumamos la Alpujarra 300 negra o alguna otra muy específica para el recital.

Como intérprete y compositor, ¿hay alguna pieza que consideres tu favorita? ¿Qué te resuene más profundamente?

– Como intérprete profesional sería un problema tener alguna pieza como favorita. Cuando toco tengo que convencer a quienes están conmigo –en el escenario y al público– que aquello que suena es mi canción favorita –aunque seguramente no lo sea–. Eso se logra con trabajo de años.

Un director de cine o un escritor tiene miles de horas previas de trabajo antes de mostrarte un libro, una película o serie terminada. Los tipos tienen muchas horas para meterte en su mundo, para atraparte o no. Nosotros, por el contrario, contamos con capítulos de entre 3 y 4 minutos para convencerte de que te quedes o te vayas. Y algo aún más difícil pero sumamente importante: ¡que vuelvas en otra oportunidad!

Resumiendo, no tengo canciones favoritas. Creo que no hay música mala o buena, ni canciones fáciles y difíciles. Lo importante es que hay mucho.

– En tu canal de Youtube ‘Jesús Amaya Guitarra’ no solo compartís música y conocimiento, sino que también realizás entrevistas en vivo, ¿hay alguien a quien, particularmente, te gustaría entrevistar?

– Lo de las ‘Entrevistas a los Grandes Maestros’ es algo que vengo disfrutando desde 2019, y todavía me cuesta creer la cantidad de genios que me dieron, como mínimo, 100 minutos de entrevista online. Algunos incluso hasta 9 horas.

De los difíciles del mundo de la guitarra los tuve a todos, como Juan Falú, Ricardo Moyano, Carlos Moscardini, Jorge Cardoso, Hugo Rivas, Néstor Gómez, Eduardo Baranzano, Máximo Pujol, Víctor Piseta… ¡Pasaron más de 200! Todos artistas que admiro. Muchos pasaron varias veces por este ciclo que hago en vivo.

En cuanto a quiénes me gustaría entrevistar tengo un par, pero voy paso a paso. Uno es Juan Carlos Baglietto, ya que entrevisté a casi todos los rosarinos de la Trova y a los músicos de semejante movimiento. El otro es Lito Vitale, que, igualmente, no sé si me queda algún músico que ya haya tocado con él por entrevistar. Pero ya llegarán.

Lo curioso de este programa es que nunca preparo la entrevista; siempre es una charla, un ida y vuelta. Muchos me dicen: una hora y media es una locura. Yo les contesto: no se preocupen que se pasa volando, y, después de las dos horas, me dicen que tenía razón. ¡Jaaaa!

Además de tus facetas como músico, docente y youtuber, sos propietario de XenNial Estudio. ¿Qué te impulsó a crearlo?

– Fue, precisamente, tener un lugar cómodo para poder hacer videos, transmisiones. Cuenta con un escenario en «L» para 3 o 4 músicos donde puedo grabar sesiones en vivo con calidad de audio y video profesional. La pandemia me encontró con la sala ya funcionando y lo que hice fue reforzar la parte de transmisiones y clases online.

Actualmente tengo 8 pantallas, un servidor con procesadores como i9, i5 e i3, donde puedo trabajar cómodo 24/7 e incluso hacerlo de manera remota si no estoy en casa, desde cualquier parte del mundo; con 9 cámaras de vigilancia adentro y afuera. Cuento con dos sistemas de sonido para probar instrumentos y pedales, en fin, para muchos colegas músicos cuando entran al XenNiaL dicen que se sienten como en Disney, y esa es más o menos la idea.

– Por último, ¿un sueño que tengas?

– Que me recuerden con una sonrisa…

IG: @jesusamayaguitarra

PH XenNiaL Estudio: Franco Allende