Mónica ‘Monna’ Cantón (47), nacida en Rosario, pero viviendo en Río Cuarto desde los 12 años, halló en la pandemia el momento perfecto para hacer algo por y para ella. “Como soy tan distinta no fui a la peluquería, ni a hacerme las uñas, sino que me puse a estudiar stand up. Bueno, cada una se arregla a su manera”, dijo entre risas.

Sus amigos fueron quienes también impulsaron la decisión de Monna. “Me insistían porque consideraban que era la chispa del grupo, que siempre tenía algo rápido para contestar. Finalmente, en el 2020 en plena pandemia hice el curso virtual de stand up. La presentación, debido a las condiciones que atravesábamos por el Covid, igualmente fue a través de una pantalla. Al año siguiente, pudimos hacerla de manera física en ‘Letras con Café’, en el Andino”, cuenta la comediante.

– ¿Cómo fue esa primera presentación? ¿Qué sentiste?

– Tengo que aceptar que estaba súper nerviosa en esa primera presentación con público. Fueron todos mis amigos, compañeros de trabajo y familia. Apenas me subí al escenario todo lo que estaba en mi cabeza se nubló, sin embargo, los aplausos y gritos de aliento me hicieron regresar y pude llevar adelante mi monólogo. Fue una presentación hermosa, repleta de alegría y felicidad. En ese preciso momento dije: ‘amo esto’.

Realmente disfruto hacer humor para hacer reír. Tengo el lema de ‘la risa cura el alma’.

– ¿Tenés algún/a referente que te haya orientado en esta travesía por el mundo de la comedia?

– Cómo referencia del humor me gusta mucho el comediante mexicano Franco Escamilla. De Argentina siempre me gustó el humor de Jorge Corona y Antonio Gasalla, una mezcla de humor y teatro -otra de mis grandes pasiones-.

– ¿Cómo es la planificación de tus shows?

– Las planificaciones para mis shows implican estar toda la semana tomando apuntes de lo que se me cruce en la vida cotidiana. Además, estudio mucho porque no es pararse y hablar ‘boludeces’; hay que prepararse. Cuando llega el día de la presentación me concentro solo en eso. Antes de subir al escenario repaso mis apuntes, observo a la gente que va llegando, tomo mucha agua, después doy lo mejor de mí y disfruto.

– ¿Cómo manejas la frustración cuando sentís que el público no reacciona de la manera que esperabas?

– Me frustro muy fácil pero jamás permito que el público lo note. Soy una persona que cree en las energías, las siento mucho, por eso ese día me lo tomo y hago alguna relajación, meditación, siempre con mucha concentración.

Busco tratar de hacer reír, pero si antes no me rio de mí, eso no se puede lograr.

– Y a vos, ¿qué cosas te hacen reír?

– Tengo un humor poco usual. Me gusta hablar de sexo, de relaciones, de hormonas, de cuando era chica, de la crianza que me dieron, de cuando me separé; hago chistes de todo eso. El stand up es eso, reírse de uno mismo para hacer reír al otro.  

No me gusta decir muchas malas palabras, yo sugiero, manejo mis gestos físicos para decirte mil cosas -tengo esa capacidad por mi gusto por el teatro- y que los presentes se dejen llevar por la imaginación. No hablo nunca de política, no me gusta, me aburre.

– ¿Cómo es tu experiencia haciendo stand up acá en la ciudad?

– La experiencia en la ciudad es dura porque la gente no está tan al tanto de la cantidad de comediantes que hay. No está acostumbrada a los shows de stand up, entonces es difícil que vayan a vernos a un bar. Hay que meterle muchísima difusión.

– ¿Algún objetivo a corto/largo plazo que tengas?

– Como objetivos me gustaría que la gente se cope más, nos apoye, conozcan y apuesten por los comediantes de acá.

Para cerrar contarles que el 8 y 22 de junio tenemos nuevas presentaciones de stand up en un Tal René Catedral. Y, este mes, tenemos la cuarta edición del festival de stand up ‘Hablando de humor’. Están todos invitados y espero que puedan acompañarnos.

IG: @monnacanton