Nota de tapa
Familia a bordo de un Volkswagen 1500: de Argentina a Alaska

Rocío, Martín, Nereo y Roma, emprendieron una travesía única desde Argentina hasta Alaska a bordo de Milo, su Volkswagen 1500. Este viaje es mucho más que un recorrido físico: es una transformación emocional, espiritual y familiar

El sueño de Rocío Ramirez (34) y Martín Bardín (34) de recorrer el continente americano desde Argentina a Alaska comenzó a gestarse como respuesta al profundo cambio que trajo la pandemia en sus vidas. “Las responsabilidades diarias y el trabajo hacían que este sueño pareciera cada vez más lejano. Sin embargo, la pandemia nos brindó la oportunidad de replantearnos nuestra vida y decidimos que era el momento perfecto para salir a vivir este sueño”, expresó Martín.

Rocío, apasionada por la aviación, y Martín, experimentado mochilero, oriundos de Río Cuarto, compartían el deseo de viajar juntos, en familia. El 23 de octubre de 2021 decidieron emprender esta aventura con su hijo Nereo (3) y en el viaje llegó Roma (2).

“Hasta ahora llevamos recorridos 95,000 kilómetros con nuestro Volkswagen 1500 rural del año 1983, al que denominamos Milo. Aunque hemos recorrido mucho de norte a sur y de este a oeste, nuestro camino no sigue una línea recta, porque entendemos que los sueños no tienen un trayecto único”, añadió Rocío.

– ¿Dónde se encuentran actualmente?

– Rocío: Actualmente estamos en «Amaru Wasi» Cheq’toro en Perú, región de Puno, en la casa de unos amigos. Nos establecimos aquí luego de regresar de Argentina con un repuesto necesario para continuar nuestro viaje. Este lugar es mágico, conecta la naturaleza con la historia y las energías, y nos llena de paz antes de retomar nuestro camino hacia el norte.

– ¿Por qué eligieron el recorrido específicamente de Argentina a Alaska?

– Martin: Creemos que un sueño necesita un norte que lo guíe, y para nosotros, ese norte es Alaska. Alaska simboliza el objetivo final, pero más allá de un destino geográfico, representa lo que cada uno considera su meta en la vida: formar una familia, terminar una carrera, encontrar el amor o lograr una meta personal.

Nuestro camino hacia Alaska nos enseña constantemente, iluminándonos con culturas, personas y experiencias que nos transforman. Este recorrido no es solo un viaje físico, sino también emocional y espiritual.

– De los destinos que visitaron, ¿hay alguno que los haya sorprendido especialmente?

– Rocío: Cada lugar tiene una magia especial y ocupa un rincón en nuestro corazón. Desde las provincias de Argentina hasta otros países que ya hemos visitado, cada día nos regala recuerdos inolvidables, tanto por los paisajes como por las personas que los habitan. Cada destino nos enseña algo nuevo, nos emociona y nos transforma, haciendo que cada parada sea única.

– ¿Qué aprendizajes tuvieron al viajar en familia, con niños, y en un vehículo como el Volkswagen 1500?

– Martín: El aprendizaje más valioso es el tiempo compartido en familia. Este viaje nos ha permitido inculcar valores, conocer diferentes culturas, idiomas y geografías, y ver cómo todo esto contribuye al crecimiento personal de nuestros hijos.

Milo, nuestro auto, ha dejado de ser solo un vehículo; se ha convertido en un integrante más de la familia. Nuestro viaje también nos ha enseñado a enfocarnos en el otro, en lo que podemos compartir: desde un mate o una sopa hasta una sonrisa o una charla. Estos gestos sencillos, especialmente en pequeños pueblos como Curahuasi, nos han mostrado la importancia de las conexiones humanas y la calidez que aún existe en el mundo.

– Viajar implica un aspecto económico importante. ¿Cómo manejan el presupuesto en un viaje tan largo?

– Martín: Antes y durante el viaje, hemos aprendido a reinventarnos constantemente. En cada lugar ofrecemos diferentes cosas: artesanías, tangos, trabajos digitales, y recientemente, hemos cumplido un año con nuestra agencia de marketing digital, Community Manager Traveler.

Con esta agencia ayudamos a pequeños emprendedores a mejorar sus negocios y rentabilidad. La flexibilidad de este trabajo nos permite trabajar online y mantenernos económicamente mientras viajamos. Aunque no siempre es fácil, el camino nos enseña a adaptarnos a cada circunstancia.

– Este viaje debe estar lleno de anécdotas. ¿Podrían compartirnos alguna en especial?

– Rocío: Cada día trae una anécdota nueva, pero queremos compartir lo que nos pasó recientemente. Estábamos regresando a Pucará desde Desaguadero, Perú, con el objetivo de llegar a la casa de unos amigos. En el camino, olvidamos nuestra carpeta con toda la documentación importante del viaje en una minivan que habíamos tomado. No sabíamos ni el nombre del chofer ni de la empresa.

Activamos el “protocolo de alerta Familia a Bordo” y, con la ayuda de otros choferes y empresas, logramos contactar al conductor, Edwin, quien esperó para entregarnos la carpeta antes de tomar otro viaje. Este gesto convirtió a Edwin en un héroe más en nuestro camino, recordándonos la bondad que encontramos a lo largo del viaje.

– Para quienes desean viajar, pero no se animan, ¿qué les dirían desde su experiencia?

– Rocío: Entregarse al camino es el mejor consejo que podemos dar. La magia del viaje es única e inigualable, y los sueños de cada uno están ahí esperando para ser vividos. Habrá desafíos, pero esos momentos son los que hacen que valga la pena y nos permiten contar una historia inolvidable. Y si es en familia, ¡mucho mejor!

– En un video reciente reflexionaron sobre el precio de seguir los sueños. ¿Qué nos pueden contar sobre esto?

– Martin: Seguir un sueño implica un costo de oportunidad. Para nosotros, el precio más alto es estar lejos de la familia. Sin embargo, creemos que es un sacrificio necesario para alcanzar un propósito mayor, el que Dios, la vida y el camino tienen reservado para nosotros. Este viaje nos ha enseñado que los sueños no tienen precio, y el camino hacia ellos está lleno de aprendizajes y bendiciones.