Nota de tapa
“Hacer distintos tipos de contenido audiovisual para la web es mi granito de arena para recuperar ese espíritu de encuentro y aprendizaje”
Desde sus primeras ediciones hasta conectar con personas de todo el mundo a través de sus videos, Georgina Monti busca la forma de combinar técnica, creatividad y sensibilidad para producir piezas que informan, inspiran y rescatan el valor del pensamiento crítico en las redes

Georgina Monti (26) encontró en las fotografías, videos e internet un universo donde volcar su creatividad desde muy chica. Licenciada en Cine y Televisión y fotógrafa, actualmente se especializa en edición de video, dirección de fotografía y creación de contenidos para redes sociales y plataformas online. “Cuando llegó el momento de elegir una carrera, me sentía un poco perdida; siempre tuve intereses muy variados y una pasión por aprender ‘de todo’. Empecé a pensar en lo que más disfrutaba y así fue como elegí estudiar cine. No porque fuera particularmente cinéfila, sino porque sentía que era una carrera donde podía explorar y profesionalizar todo eso que ya me apasionaba”, recuerda la entrevistada.
“Me considero una nativa digital, no solo por la época en la que nací, sino porque internet siempre fue mi refugio. Con el tiempo, siento que este espacio se volvió más hostil, y hacer distintos tipos de contenido audiovisual para la web es mi granito de arena para recuperar ese espíritu de encuentro y aprendizaje”, añade.
– ¿La fotografía fue algo paralelo al cine o surgió después?
– En realidad, todo empezó un poco antes. Con unos ahorros que tenía de mi regalo de 15, me compré mi primera cámara semiprofesional y descubrí un mundo que me atrapó al instante. Comprar objetivos y accesorios siempre fue caro, pero lejos de desanimarme, eso me impulsó a buscar soluciones creativas con lo que tenía más a mano y me dio una base sólida para mi formación profesional. Fue una etapa de mucho aprendizaje que atesoro con mucho cariño, cuando todo esto no era más que un hobby.
– ¿Cómo fue tu camino desde que te recibiste hasta la actualidad?
– Mi paso por la universidad fue hermoso. Me encontré con un universo completamente distinto al que conocía, con amigos y docentes de los que aprendí muchísimo. Si bien en la carrera me incliné por el rol de Dirección de Fotografía, el ritmo acelerado de los rodajes no es lo que más disfruto. Hoy priorizo más el montaje y la postproducción en general, porque me gusta tener mi espacio y tiempo para experimentar y tomar decisiones creativas.
– ¿Qué diferencias notás entre hacer contenido para redes sociales y para otros formatos más tradicionales como cine o TV?
– Uf… muchísimas. Entre el cine y la TV hay un montón de diferencias, aunque hoy estemos más acostumbrados a ver series y programas con un look ‘cinematográfico’. En las redes estás compitiendo por la atención de una persona que tiene mil estímulos en la misma pantalla. Cada segundo es oro, cada palabra, de más o de menos tiene un peso y, al mismo tiempo, a los 5 minutos la gente ya se olvidó de lo que publicaste. Además, hay un feedback constante, en vivo y prácticamente sin filtro, junto a un algoritmo que decide el valor de tu contenido según métricas arbitrarias. Es un juego distinto y hay que saber hasta qué punto engancharte para no perder tu esencia.
– ¿Sos más de mirar videos largos, reels, películas, documentales? ¿Y a la hora de crear, qué preferís? ¿Hay un formato o estilo con el que te sentís más vos?
– Veo de todo. Es muy distinto para mí ver una película o una serie, tengo mis rituales para ambas. No soy de esa gente que puede ver una serie y al mismo tiempo hacer la comida, por ejemplo, sino que necesito separarme tiempo exclusivamente para hacer eso.
En el día a día, lo más fácil es ver videos cortos en TikTok o Instagram, o un poco más largos en YouTube. Se habla mucho de la parte negativa y adictiva de este tipo de videos y, si bien es cierto, también me resulta fascinante poder conocer y aprender tantas cosas en un par de minutos. Prefiero crear videos cortos porque veo ese potencial y porque se me haría difícil ser constante subiendo videos más largos, aunque es algo que tengo pendiente.
– En cuanto al contenido, ¿qué te inspira más? ¿Dónde encontrás ideas?
– Me inspira mucho lo que veo en redes. A veces me encuentro con temas que no se me habían ocurrido y que me dejan pensando. También me nutren mucho las charlas con amigos y familia: estoy rodeada de personas que valoran y disfrutan profundamente la cultura audiovisual, y hasta las conversaciones más triviales terminan siendo enriquecedoras. Muchas veces parto de algo pequeño que me atrae y luego voy encontrando la forma y el hilo del resto del video.
– ¿Cuál fue el video que más disfrutaste hacer? ¿Por qué?
– Creo que sería el de “La piratería, ¿está mal?”, porque fue el primero en el que sentí que realmente estaba invitando a la gente a reflexionar sobre un tema del que no se habla tanto. Además, pude incorporar varios recursos de edición que se integraban bien con el mensaje que quería transmitir. Ya había hecho otros videos antes, así que me sentía más suelta al hablar frente a cámara, algo que (aunque no parezca) siempre me costó bastante.
A raíz de mi video sobre El Eternauta se comunicó conmigo gente de todas partes del país, e incluso de otros países como España y Brasil. Esa posibilidad de conectar con otros sin importar la distancia es algo que también disfruto un montón.
– ¿Qué aspectos técnicos o creativos tenés en cuenta a la hora de la edición? ¿Qué no puede faltar?
– Para mí es muy importante la prolijidad técnica. La gracia de la serie de videos que estoy haciendo es que soy yo sola, en mi pieza, grabándome con un celu y un micrófono. A partir de ahí está el desafío de lograr que se vea lo mejor posible, manteniendo esa estética relajada. Nunca voy a publicar algo que se vea hecho ‘así nomás’; conseguir calidad, aún con recursos limitados, es una de mis prioridades y un desafío creativo.
El contenido también es de suma importancia. No me gusta sentir que estoy reciclando ideas de otras personas y repitiendo lo mismo que vemos una y otra vez cuando abrimos Instagram. Entiendo que hay una lógica que seguir para agradarle al algoritmo, pero trato de que la gente que llega a ver algo mío decida quedarse porque encuentra un espacio del que sacar provecho.
– ¿Tenés referentes actuales en redes que te inspiren a nivel visual o narrativo?
– Sí, tengo referentes que me inspiran en diferentes aspectos. Victoria Airaldi y Agustín Eme son dos de mis referentes de cine y TV, sus análisis son muy frescos y disfruto de seguir sus recomendaciones. Lo visual es un poco más variado, tomo ideas y recursos de muchas cuentas que sigo, sobre todo en YouTube y TikTok. Tengo una carpeta en la que voy guardando videos e imágenes que me llaman la atención y cuando me siento estancada me ayuda a salir del bloqueo.
– ¿Hacia dónde te gustaría seguir creciendo como profesional?
– Me hago la misma pregunta a diario. Creo que por mi formación tengo muchas opciones para diversificarme, lo cual es muy útil para los tiempos que corren, pero también puede resultar abrumador. Me gustaría profundizar mis conocimientos en las distintas etapas de la postproducción y me encantaría volver a sentirme más cerca del cine, de la realización artística y, ojalá, poder compartir eso con el resto del mundo a través de internet.
El arte y el trabajo en la cultura siguen sin ser tomados en serio por una gran parte de la sociedad, y creo que una de las causas principales es la falta de conocimiento. A nadie le nace defender lo que siente lejano o no termina de entender. Por eso aspiro a que todo lo que hago, sea grande o pequeño, le llegue a la mayor cantidad de gente posible; que tenga valor y que sirva de puntapié para que otros se acerquen, sin hacer sentir menos a nadie y aportando un poco de paz en tiempos de intercambios violentos. Pasen y vean: este mundo es muy difícil, sí, pero también es muy hermoso.
IG: @georgimonti